Prólogo
Historia de I.
Era un día tan normal como la muerte cuando I. se despertó agitado por la madrugada.Acechado por una visión eufórica, corrió hacia sus pinceles guiado por un vago reflejo de lo divino que lo empujaba.La perfección era finalmente observable: Un círculo brillante y perfecto flotaba sobre su cabeza mientras que auguraba el fin de la miseria y el dolor en el mundo.Un mensaje de iluminación y paz, imbuido en el poder sagrado de lo que siempre es.Pero errar es humano y el humano tenía poco de divino.I. jamás pudo encontrar la tinta o el pincel apropiado. Incontables lienzos fueron consumidos en ofuscados intentos fallidos.La alegría se transmutó en obsesión. Una misión sisífica interminable borró con todo rastro de cordura en su mente.En un círculo, cayendo. Lentamente colapsando.Hasta que una noche, cuando ya no quedaba nada más que hacer, una inundación barrió con el estudio de I.Y nada se pudo salvar.Fue entonces que los cientos de iteraciones imperfectas se condensaron como un fluido en la esquina donde el reloj solía estar.Y una extraña sensación ocurrió en ese momento, al observar la visión emerger triunfante desde una pila de basura.Más radiante y perfecta en su amalgama de lo que cualquier intento pudo jamás ser por si solo.Y entonces desde el suelo, finalmente, I. comprendió.


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